lunes, agosto 22, 2011

.::Dos observaciones sobre políticas anti-tabaco::.

En estos tiempos en los que el tema político aflora en el tejido social, podemos retomar la idea de democracia planteada por Estanislao Zuleta: “se trata de conseguir una democracia que no sea UNA BURLA PARA LA GENTE”. Usualmente cuando se trata de plantear reflexiones frente a leyes aplicadas en las comunidades, se estudian las propuestas y se evalúa que tan coherentes son con el programa y que tan contextualizadas se encuentran con el medio, con el entorno social.

La iniciativa de política pública antitabaco, vista desde una mirada de la ciudadanía “de a pié” aquí en el municipio, puede ser catalogada como ABSURDA, como una idea inviable y mucho mas nociva que generadora de cambios de comportamiento y de patrones mentales arraigados culturalmente.

La primera razón para justificar tal posición tiene que ver con el hecho de que existe una economía basada en la minucia, en el “menudeo”, en la cual la moneda, el presupuesto basado en una microeconomía y la re-venta, representan el sustento diario de muchos, con base en la ganancia que resulta de esta dinámica. En este sentido hay que anotar que una comunidad con bajos ingresos y con poco poder adquisitivo, pierde las posibles ganancias al traspasar el valor de la unidad al valor de la mayor cantidad: en este caso, de un cigarrillo a un paquete de cigarrillos.

Es obvio que si no existe poder adquisitivo, será más complejo comprar un paquete que una unidad, con lo cual resulta que el consumo se eleva y la necesidad, tanto la del cuerpo como la de consecución del recurso económico para sostenimiento del “vicio”, se incrementa al igual que el número de nuevas consumidoras y consumidores.

El segundo aspecto a tener en cuenta es la apertura sin distinción del modelo económico y de mercadeo, aplicado a la promoción de la masificación del consumo: mientras la política antitabaco se aplica basada en un modelo restrictivo para quien consume y quien expende, se amplía y se torna permisiva frente a empresas foráneas como es el caso de la british american tobacco, quien encuentra carta abierta para promover sus productos a precios muy favorables y con ventajas comparativas que hacen bastante difícil consolidar un “NO CONSUMO” Y LA PREVENCIÓN DEL MISMO.

“…¡ Lleve un paquete de 10 cigarrillos de la marca polmol por $900 pesos, le regalamos el encendedor y le regalamos un tinto caliente y fresco por su compra!”. Si decimos que un paquete de cigarrillos de 10 unidades de una marca nacional y de una calidad media-baja oscila entre los $1400 a $1600 pesos, la ventaja que ofrece la marca extranjera al usuario-consumidor así como el ahorro que le representa esta inversión, aniquila cualquier posibilidad de prevenir y controlar el consumo, así como golpea duramente el empleo y desarrollo de la industria nacional.